Uno de nuestros focos de atención pedagógica en nuestro proyecto se centra en la necesidad de asumir la diferencia y la diversidad como un valor dentro de la unidad y la comunidad. El valor de lo colectivo para el sujeto y el determinante valor de cada individuo, con su voz propia, para con el colectivo. Si no existe la voz del otro, no existe nuestra propia voz. Para que exista el yo es necesario el tú. El contexto y las relaciones con los otros nos definen y nos constituyen, provocando así la toma de consciencia de la interdependencia social y cultural, y subrayando así la gran evidencia de que todos y todas dependemos unos de otros.

Las dinámicas de creación grupal potenciadas a través de las artes son un mecanismo eficaz de aprendizaje de esos procesos de interdependencia transformada en intercreatividad. Pero tales procesos no sólo nos preocupan en relación con el alumnado y con el profesorado con el que estamos trabajando, tales procesos se relacionan con nuestra labor diaria en este proyecto, nos influyen a nosotrxs y entre nosotrxs. Procesos colectivos intercreativos en la preparación de estrategias y secuencia de actividades educativas, así como su puesta en marcha, procesos que han hecho y que hacen que inevitablemente aprendamos como grupo ante la necesidad del intercambio ideas y emociones que construyen las dinámicas de nuestras intervenciones pedagógicas. Desde el inicio de la implementación de la presente fase de este proyecto de cooperación, aquí en Anantapur, hemos manejado intensas horas y horas de diálogo, transacciones de ideas, combinación de conceptos, resolución de problemáticas y negociación de espacios emocionales interpersonales. Todo este proceso, del que me siento tremendamente orgulloso de poder participar y experimentar, en definitiva, se nos muestra como una escuela de aprendizaje y formación docente para cada uno y una de nosotros.

Insisto, para que exista el yo es necesario el tú.

«Making worlds», Escuela Inclusiva de Anantapur.