Hace unos días visitamos la School Building Cum Community Hall creada por la Fundación Vicente Ferrer en 2013 en el área rural de Rekulakunta Village (Anantapuram). Es una escuela comunitaria de refuerzo educativo. Atiende a unas 30 niñas y 30 niños de primero a quinto curso. El refuerzo educativo es impartido por dos maestros antes y después del horario lectivo de los estudios reglados. Supone un esfuerzo muy grande por parte de los estudiantes convirtiéndose en una jornada maratoniana, porque comienza antes de entrar en la escuela (de 6 a 8 horas) y después de salir de ella (de 16:30 a 18:30 horas).
El objetivo principal de este proyecto, es la igualdad de oportunidades en el derecho a la educación para aquellas castas más bajas. Uno de los principales hándicaps que existía en esta zona rural, radicaba en que los niños procedentes de clases sociales desfavorecidas, no tenían acceso a clases de refuerzo fuera del horario reglado. Esto producía una brecha entre quienes sí podían pagarse una formación externa, para obtener mejores resultados académicos aumentando las garantías de éxito en el acceso a secundaria y universidad y los que no.
En la puesta en marcha de la School Building Cum Community Hall, la Fundación, se hacía cargo de las nóminas de ambos maestros. Poco a poco, las familias comprendieron la importancia de que una buena educación para sus hijos, condicionaría un futuro mejor para ellos. Por esta razón, en la actualidad los maestros son pagados directamente por aportaciones de la comunidad. Los padres participan activamente en este centro comunitario, con su presencia constante, convirtiéndolo en un local de referencia en donde tienen lugar eventos sociales y programas formativos para empoderar a la mujer, como principal motor de cambio dentro de la comunidad.
Romper con la hegemonía del saber-poder-casta, es darse cuenta de la importancia de la participación colectiva como éxito de la conciencia democrática hacia los procesos formativos. Cuando la escuela forma parte de la comunidad y la educación se convierte en interés procomún, emerge ese impulso a participar en la construcción de un proyecto educativo común. No hay vuelta atrás. El progreso comunitario depende del futuro de las personas que habitan el hoy.
Los resultados son esperanzadores. Se ha observado un incremento real de los niños que inician su educación secundaria. Sin embrago, no sucede lo mismo con las niñas, pese a obtener mejores resultados que ellos. La razón reside en que las escuelas públicas se encuentran a 5 kilómetros de sus hogares. Las familias tienen miedo de que en ese trayecto le ocurra algo a sus hijas, no están tranquilas y se produce el absentismo escolar. Para intentar atajar esta situación, de manera urgente, se han proporcionado bicicletas gratuitas para ellas. De esta manera pueden llegar de manera segura a los centros acompañadas de otros niños o de familiares. La educación en comunidad expande la vida de esas personas, transforma sus realidades. Ese encuentro relacional constituye la organización del pensamiento desde la estructura social de la comunidad, otorgando la libertad que rescata lo común del compromiso con lo real: la importancia de la educación.