Polikastro, es una población griega de unos ocho mil habitantes, relativamente cerca de Tesalónica. En esta pequeña ciudad es en donde desarrolla su trabajo Open Cultural Center (OCC) con la población migrante refugiada. Su modo de intervención socioeducativa es extra campo. Esto implica que las personas de Nea Kavala, un campo a 2 km de la ciudad, se trasladan diariamente a las instalaciones de OCC en Polykastro. Allí, en los espacios de la ONG, se promueven las “políticas del lugar”, se intenta crear un espacio comunitario, de todos y construido por todos, a partir de cada una de las visiones personales. Algunas de las acciones impulsadas son generadoras de lugares de aprendizaje y relación socioafectiva como: Learning Space para la enseñanza-aprendizaje de idiomas, Women Space para el empoderamiento de las mujeres migrantes o la Kindergarten como proyecto educativo para la infancia refugiada.
Este es el verdadero trasfondo de los proyectos artísticos en la educación para el desarrollo: cooperar para incluir. Cuando en Communiars iniciamos una primera inmersión en el territorio, nuestra principal preocupación es el respeto hacia el contexto en la toma de contacto con el mismo. Intentamos observar-participando y entrevistar a todos los agentes implicados en los procesos educativos, cooperativos y vitales de las ONG´s que actúan en la zona. Debemos conocer el contexto y la situación de manera exhaustiva antes de proponer cualquier acción artística. Cada escenario es diferente. Nuestras intervenciones buscan intencionadamente ser acordes a la identificación y adaptación participativa al mismo. Al fin y al cabo, entendemos la cooperación a través de las artes como una posibilidad de emancipación, ética y humanista.
Desde este análisis in-situ en el territorio, al menos son dos los escenarios que hemos percibido durante las primeras semanas. La población migrante refugiada ha vivido situaciones traumáticas en sus países de origen, cuya dureza se vuelve más indescriptible, aún si cabe, durante el trayecto antes de entrar en Grecia. Este hecho de un éxodo forzoso implica la difícil toma de decisión de dejar atrás tus raíces personales, tu hogar, tu familia para liberarse de un conflicto bélico o de una situación política de vida inexistente. La población exiliada busca un lugar para recuperar la pérdida de su dignidad humana como derecho universal. Derechos que se diluyen en papel mojado cuando fallan las políticas europeas e internacionales por echar la vista hacia otro lado. Y, por otra parte, el trabajo profesional de cooperación con la población migrante posee el difícil reto de una integración e inclusión con la población del contexto social griego. La verdadera cooperación es la inclusión de la población migrante en la vida cultural y social del territorio de acogida. Al fin y al cabo, nuestra pretensión es cooperar para incluir y dignificar así la vida humana.